Murcia


Murcia es una ciudad española, capital del municipio del mismo nombre y de la comunidad autónoma de la Región de Murcia. Es el centro de la comarca de la Huerta de Murcia y de su área metropolitana. Está situada en el sudeste de la península ibérica a orillas del río Segura, en la denominada depresión prelitoral murciana, a 40 kilómetros en línea recta del Mar Mediterráneo. Con 441.003 habitantes. Murcia ocupa el 7º puesto en la lista de municipios de España por población.
El área urbana de la ciudad (o zona metropolitana), aunque no establecida oficialmente, comprendería a unos diez municipios de la Región de Murcia, contando con una población de 643 854 habitantes en 2013, repartidos en una superficie total de 1230,92 km2, con una densidad de población de 515 hab/km2. De este modo, el área urbana de Murcia ocuparía el 10º puesto en la lista de áreas metropolitanas de España.

Murcia es un importante municipio de servicios en la que el sector terciario ha sucedido a su antigua condición de exportadora agrícola por antonomasia, gracias a su célebre y fértil huerta, por la cual era conocida con el sobrenombre de la Huerta de Europa. Entre sus industrias más destacadas se encuentran la alimentaria, la textil, la química, la de destilación y la fabricación de muebles y materiales de construcción, estando muchas de ellas ubicadas en el Polígono Industrial Oeste, considerado uno de los más grandes de la penínsul (compartido con el municipio de Alcantarilla).

Es también un importante centro de gran tradición universitaria desde que fuera fundada la primera universidad en 1272 Actualmente es sede de dos universidades, la pública Universidad de Murcia y la privada Universidad Católica San Antonio, que atraen alrededor de 50.000 estudiantes al municipio.

De orígenes inciertos, hay constancia de que fue fundada en el año 825 con el nombre de Madina Mursiya مدينة مرسيّة por orden de Abderramán II, probablemente sobre un asentamiento anterior de origen romano. Durante la Edad Media, Murcia llegó a ser capital de la cora de Tudmir (siglo X), posteriormente fue cabeza de distintos reinos de taifas de creciente importancia en los siglos XI, XII y XIII y entre 1243-1266 se incorporó a la Corona de Castilla como capital del Reino de Murcia, siendo además ciudad con voto en cortes y sede episcopal desde 1291.

De su patrimonio histórico-artístico destacan su célebre Catedral, de fachada barroca e interior principalmente gótico, el afamado Casino, de suntuosos interiores; el denso patrimonio escultórico de Francisco Salzillo, y un gran conjunto de edificios barrocos. En el ámbito cultural es conocida por su rico folclore, especialmente vistoso durante las Fiestas de Primavera y las procesiones de Semana Santa, declaradas de Interés Turístico Internacional. El Consejo de Hombres Buenos de la Huerta de Murcia, ejemplo de tribunal consuetudinario de regantes del Mediterráneo español, está declarado Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad por la Unesco.



La Huerta

El paisaje más conocido y significativo del término municipal es la antiquísima Huerta de Murcia, espacio que dominaba gran parte de la vega segureña rodeando la ciudad, pero que desde hace décadas sufre la presión de la expansión urbana que junto a la terciarización de la economía y la ausencia de políticas de conservación ha reducido notablemente su extensión.

 Huerta de Murcia.

El paisaje huertano se muestra como un inmenso mosaico de poblamiento disperso fruto de la necesidad de los habitantes de vivir junto a sus cultivos. Entorno natural caracterizado por las acequias con sus mondas y su típica vegetación de cañas y árboles de ribera, además de los árboles frutales, donde destaca el limonero en un espacio parcelario alineado de hortalizas y con la abundante presencia de la morera.

El sistema de riegos de la huerta de Murcia se basa en una compleja red de acequias y demás canales de irrigación de antiquísimo origen. Los musulmanes fueron los que aprovecharon las áreas agrícolas romanas presentes en la vega segureña desde siglos antes, ya que la depresión aluvial tenía especiales características para el desarrollo de regadío. La auténtica transformación del valle tuvo lugar con la construcción del azud de la Contraparada, situado en el lugar en que el Segura hace su entrada en la depresión prelitoral y que se encarga de retener y elevar las aguas hacia las acequias mayores, la de Aljufía (al norte del río Segura) y Alquibla (al sur). Canales que el geógrafo árabe Al-Himyari describía como:
Conducciones de agua hechas por los antiguos que riegan el norte y el sur de Mursiya.
El crecimiento demográfico impulsó la necesidad de colonizar tierras cada vez más lejanas de la Contraparada, aumentando la complejidad de todo el sistema. Algunas acequias se destinaron al servicio de la ciudad como la Argualexa, proporcionando caudal necesario para el abastecimiento de los edificios públicos y de las industrias artesanas. La red de acequias surtía de energía a la industria murciana, ya que a su vera se desarrollaron molinos harineros, de batanes, de pimentón, fábricas de pólvora y salitre, fábricas de curtidos, de paños, de hilaturas de seda hasta llegar a finales del siglo XIX, cuando aparecen las primeras industrias conserveras.

La superficie de la huerta de Murcia ha vivido vaivenes a lo largo de la historia, desde un importante retroceso sufrido en el siglo XIV como consecuencia de la crisis e inseguridad reinante, hasta la expansión del siglo XVIII con motivo del auge del sector sericícola.

 A finales de los años 90 del siglo XX, tras varias décadas de terciarización económica, abandono de cultivos y expansión urbana, el espacio de regadío cubría una superficie próxima a las 12.500 hectáreas (menor hoy día tras el reciente boom urbanístico), que poco a poco ha ido cediendo sitio a la urbanización del suelo, cambiando radicalmente los usos tradicionales.

Medio físico

Así, la Huerta de Murcia se extiende por toda la vega del Segura desde el azud de la Contraparada al oeste hasta Orihuela, ya en la Vega Baja, al este, recorrida por más de 500 kilómetros de cauces.
Los heredamientos son las tierras que riega cada una de las acequias mayores, dividiéndose en dos grandes heredamientos generales subdivididos a su vez en particulares, destacando los del lado norte -margen izquierda del Segura- (Aljufía, Churra la Vieja, Alfatego, Beniscornia, Béndame, Arboleja, Caravija, Zaraiche, Santomera, Zaraichico, Casteliche, Nelva, Benetúcer, Raal Viejo, Aljada, Azarbe de Monteagudo, Azarbe Mayor, Pitarque y Raal Nueva), y los del lado sur -margen derecha del Segura- (Alquibla, Barreras, Dava, Turbedal, Benialé, La Raya o Puxmarina, Almohajar, la Herrera, Condomina, Beniaján, Batán o Alcatel, Junco, Alguazas, Aljorabia, Alfande, Alarilla, Azarbe de Beniel, Riacho, Zeneta, las Parras y Carcanox).
La acequía de Churra la Nueva forma sin embargo un heredamiento independiente al resto, tomando sus aguas antes de la Contraparada.

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