Santiago del Estero
Santiago del Estero es una de las veintitrés provincias que componen la República Argentina. Su capital y ciudad más poblada es la homónima Santiago del Estero. Está ubicada en al norte del país, en la región del Norte Grande Argentino, limitando al norte con Salta y Chaco, al este con Chaco y Santa Fe, al sur con Córdoba y al oeste con Catamarca y Tucumán.
La provincia cuenta con una población de 896 461 habs., distribuida en una superficie de 136 351 km². Políticamente está dividida en 27 departamentos.
Antes de la conquista española iniciada en 1536, este territorio estaba habitado principalmente por la etnia de los tonocotés, llamados juríes por los primeros conquistadores. Lo tonocotés practicaban la agricultura y el tejido y desarrollaron una avanzada alfarería y un tallado de piedra muy elaborado.
Su principal territorio de cultivo era una depresión, paralela al río Dulce, que regaban por inundación.
Al norte y al oeste de los juríes se asentaban los lules, con una cultura material bastante semejante a la de los tonocotés, aunque con mayores influjos andinos; al suroeste los quechuas; al este los vilelas y mocovíes, y al sur los sanavirones. Por el noreste incursionaban –con graves conflictos interétnicos– los wichís y los tobas de la parcialidad llamada antiguamente macomita.
La cultura de Santiago del Estero es una densa imbricación entre los más profundos mitos de las tradiciones aborígenes originarias y la civilización medieval europea, impuesta por los españoles.
En Santiago del Estero, se habla el quichua, una variedad del quechua sureño, la cual se emplea en 14 de los 27 departamentos de la provincia, con un número estimado de 300 000 hablantes. Se habla en los departamentos de Figueroa, Moreno, Robles, Sarmiento, Brigadier J. F. Ibarra, San Martín, Silípica, Loreto, Atamisqui, Avellaneda, Salavina, Quebrachos, Mitre, Aguirre, y el occidente del departamento Taboada.
Aunque el Tawantin Suyu nunca llegó a extenderse al este de la Sierra del Aconquija, y por ende nunca se extendió al territorio de la provincia de Santiago del Estero, se notan influjos culturales ocurridos entre ca. 1480~1535, sin embargo, paradojalmente lo que más incidió para la difusión de rasgos de la cultura quechua (entre estos, principalmente el idioma) fue la actividad de los conquistadores españoles y, más aún, la de los misioneros que utilizaron como lengua vehicular en el NOA, Cuyo e incluso Córdoba, la quichua muy prestigiado ente las poblaciones autóctonas. En Santiago del Estero actualmente una parte de la población habla un dialecto del quechua sureño (o runa simi) llamada la quichua.
Santiago del Estero ha dotado a la Argentina de importantes escritores, como Bernardo Canal Feijóo, Orestes Di Lullo, Ricardo Rojas, Jorge Washington Ábalos, Julio Carreras (h), Alberto Alba, Alberto Tasso o Carlos Virgilio Zurita entre otros. También músicos como Peteco Carabajal, Roberto Cantos, Julio Paz, Humberto Carfí, los Hermanos Ábalos, Alfredo Ábalos, Raly Barrionuevo, Jacinto Piedra, Marcelo Perea, Andrés Chazarreta, Manuel Gómez Carrillo, Oscar Segundo Carrizo, María Inés Gómez Carrillo, Pablo Trullenque, Carlos Carabajal, Roberto Hugo Carrizo , Homero Manzi, Armando Carrizo entre muchos otros. Y pintores, como Mateo Martín López, Ramón Gómez Córnet, Besares Soraire, Carlos Sánchez Gramajo, Alfredo Gogna, Ricardo y Rafael Touriño, Luis Farías, Mario Martínez.
Un aporte decisivo a la cultura y las ciencias arqueológicas y antropológicas, la hicieron los hermanos Emilio y Duncan Wagner. De origen francés, se radicaron en esta provincia a principios del siglo XX. Sus investigaciones arqueológicas descubrieron una vasta civilización aborigen, a la cual denominaron «Cultura Chaco-Santiagueña». Debido a ello, el gobierno de Francia los galardonó con la Legión de Honor, en el grado de Caballeros.
La provincia cuenta con una población de 896 461 habs., distribuida en una superficie de 136 351 km². Políticamente está dividida en 27 departamentos.
Antes de la conquista española iniciada en 1536, este territorio estaba habitado principalmente por la etnia de los tonocotés, llamados juríes por los primeros conquistadores. Lo tonocotés practicaban la agricultura y el tejido y desarrollaron una avanzada alfarería y un tallado de piedra muy elaborado.
Al norte y al oeste de los juríes se asentaban los lules, con una cultura material bastante semejante a la de los tonocotés, aunque con mayores influjos andinos; al suroeste los quechuas; al este los vilelas y mocovíes, y al sur los sanavirones. Por el noreste incursionaban –con graves conflictos interétnicos– los wichís y los tobas de la parcialidad llamada antiguamente macomita.
La cultura de Santiago del Estero es una densa imbricación entre los más profundos mitos de las tradiciones aborígenes originarias y la civilización medieval europea, impuesta por los españoles.
En Santiago del Estero, se habla el quichua, una variedad del quechua sureño, la cual se emplea en 14 de los 27 departamentos de la provincia, con un número estimado de 300 000 hablantes. Se habla en los departamentos de Figueroa, Moreno, Robles, Sarmiento, Brigadier J. F. Ibarra, San Martín, Silípica, Loreto, Atamisqui, Avellaneda, Salavina, Quebrachos, Mitre, Aguirre, y el occidente del departamento Taboada.
Aunque el Tawantin Suyu nunca llegó a extenderse al este de la Sierra del Aconquija, y por ende nunca se extendió al territorio de la provincia de Santiago del Estero, se notan influjos culturales ocurridos entre ca. 1480~1535, sin embargo, paradojalmente lo que más incidió para la difusión de rasgos de la cultura quechua (entre estos, principalmente el idioma) fue la actividad de los conquistadores españoles y, más aún, la de los misioneros que utilizaron como lengua vehicular en el NOA, Cuyo e incluso Córdoba, la quichua muy prestigiado ente las poblaciones autóctonas. En Santiago del Estero actualmente una parte de la población habla un dialecto del quechua sureño (o runa simi) llamada la quichua.
Santiago del Estero ha dotado a la Argentina de importantes escritores, como Bernardo Canal Feijóo, Orestes Di Lullo, Ricardo Rojas, Jorge Washington Ábalos, Julio Carreras (h), Alberto Alba, Alberto Tasso o Carlos Virgilio Zurita entre otros. También músicos como Peteco Carabajal, Roberto Cantos, Julio Paz, Humberto Carfí, los Hermanos Ábalos, Alfredo Ábalos, Raly Barrionuevo, Jacinto Piedra, Marcelo Perea, Andrés Chazarreta, Manuel Gómez Carrillo, Oscar Segundo Carrizo, María Inés Gómez Carrillo, Pablo Trullenque, Carlos Carabajal, Roberto Hugo Carrizo , Homero Manzi, Armando Carrizo entre muchos otros. Y pintores, como Mateo Martín López, Ramón Gómez Córnet, Besares Soraire, Carlos Sánchez Gramajo, Alfredo Gogna, Ricardo y Rafael Touriño, Luis Farías, Mario Martínez.
Un aporte decisivo a la cultura y las ciencias arqueológicas y antropológicas, la hicieron los hermanos Emilio y Duncan Wagner. De origen francés, se radicaron en esta provincia a principios del siglo XX. Sus investigaciones arqueológicas descubrieron una vasta civilización aborigen, a la cual denominaron «Cultura Chaco-Santiagueña». Debido a ello, el gobierno de Francia los galardonó con la Legión de Honor, en el grado de Caballeros.




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